79,88 Km, 1252 Km acumulados. Mientras Diego esperaba en el pueblo a que arreglaran el tandem, yo aprovechaba el ordenador de Carlos para poneros al día de nuestras aventuras. Hasta la una del mediodía no pudimos salir y nos preocupaba el calor que hacía para subir el puerto de Honduras (1430m) (los fantasmas de serranillos rondaban nuestras cabezas...) Pero tuvimos suerte porque durante más de la mitad del puerto, la sombra de los castaños y robles nos dieron una tregua. El firme estaba en muy mal estado a partir de la segunda mitad y temíamos por los radios. Las vistas, como siempre, preciosas y al llegar...¡pero si no hay cartel de final de puerto!, ¡pero hombre, eso no se hace, que un cartelito no cuesta nada y para decir que el firme está en mal estado sí lo ponen...! Y la bajada...medio metro y otra vez subiendo, ¡pero esto no es un puerto, es un cachondeo! Y, claro, cuando por fin deciden que podemos bajar...el firme para bajar en tractor. Casi nos cuesta más bajar que subir y con el culo arriba para que no sufra la rueda (y yo qué?). Pero las vista del valle del Jerte...impresionantes, y eso que los cerezos no estaban en flor. Es una tierra muy rica y, no sólo abundan los cerezos, también los castaños, las higueras... Después de probar algunas cerecitas que todavían quedaban, hicimos una parada técnica en una piscina natural, como veís muy habituales por la zona, para prepararnos para el segundo puerto de la jornada, Piornal (1269m). A pesar de que es más bajo que Honduras, el desnivel es mayor, 813m frente a los 756m de Honduras. Piornal es el pueblo más alto de Extremadura (1176m) y poco después coronas el puerto. La verdad es que la gente con la que hablábamos se asustaba de lo que íbamos a subir y, casi, yo también. En parte tenían razón porque desde el desvío de la carretera nacional hasta Valdastillas, pueblo que inicia el puerto, había unos muros como soles. El plato pequeño y casi nos quedamos sin piñones; ¡como sea así todo llegamos a la luna!. Pero no, luego un puerto suave, largo y con una carretera ancha y en buen estado. Arriba nos sorprendieron las vistas de la sierra de Tormantos (que no tormentos), primeras estribaciones de la sierra de Gredos. Y el descenso?, vistas al valle de la Vera, muy similar al del Jerte en abundancia. Pero claro, ¿cómo estaba el firme?...¡EN MAL ESTADO!. Aún así disfrutamos de la bajada, sobre todo Dieguito que estaba emocionado. El descenso nos llevó al primer pueblo del valle, Garganta de la Olla. Los pueblos de toda esta zona, incluída el Jerte, no destacan por su hermosura pero lo compensan sus alrededores. Estaba lleno de plantaciones de frambuesas y tabaco, y son famosos por su pimentón. La noche la íbamos a pasar en Jaraíz de la Vera por cuestiones estratégicas por la vuelta del día siguiente, porque el pueblo era feo, feo y la gente...nos miraba un poco raro, no sé, no nos gustó. La idea era dejar las alforjas en el hostal y dar una vuelta por el valle más ligeros para luego seguir nuestro camino a Plasencia. Pero eso pertenece a otra etapa. Agurrrr.
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