sábado, 16 de julio de 2011

XI etapa, de La Alberca a La Alberca. Etapa reina.

Ya que era la etapa reina en el Tour, nosotros decidimos hacer la nuestra. 106,50 Km  (1093 Km en total), con cinco puertos: dos de hors categorie (como dicen en la ronda francesa) Peña Francia (1732m)  y el alto del Portillo o Batuecas (1240); uno de 2º categoría, de Serradilla a las Hurdes por la Sierra de la Canchera (1077 m); dos del 3º, de Vegas de Coria a las Mestas y el alto de Monsagro. La mañana fresquita nos ayudó mucho para comenzar a subir a Peña Francia. Son 17 Km, "largo pero duro" como se suele decir, pero poliki, poliki, llegamos causando la admiración de los presentes que nos habían ido adelantando con sus vehículos. Después de ver el santuario y tomar un cafecico para entrar en calor, comenzamos 14 Km de descenso hasta Monsagro (¡qué premio!). En este pueblecito nos sorprendió gratamente ver una Alaucaria, árbol típico de la zona de Chile donde estuvimos Diego y yo (el caso es que están protegidas...). Ahí comenzó nuestro segundo puerto hasta descender a Serradilla del Arroyo, para luego ascender a serradilla del Llano y pasar a las Hurdes (esto parece una montaña rusa). Cuando comenzaba el descenso paramos a comer en el hostal Montesol que contaba con unas vistas privilegiadas de la Sierra de la Canchera (¡menudos montañones!). Como el tandem no pasa desapercibido en ningún sitio, aquí no podía ser menos y disfrutamos de una animada charla con los presentes en el bar. Dieguito cumplió el sueño de uno de ellos llevándole a dar una vuelta con él . He de decir que Diego está siendo la envidia de muchos hombres (dicho por ellos) porque les encantaría poder compartir con sus parejas la afición a la bici y poder realizar una aventura así. Antes de continuar el descenso, cambiamos las pastillas del freno delantero, que no está la cosa para bromas!. Al llegar al río Hurdano no nos lo pensamos dos veces y nos dimos un chapuzón, pero corto porque todavía nos faltaba lo más duro de la etapa. Y otra montaña rusa hasta llegar a las Mestas donde comenzaba el coloso de la jornada. No hacía falta ser muy listo para hacerse una idea de lo que nos esperaba. Estábamos en lo más profundo de un valle rodeados de grandes montes y nos quedaban 13 Km. Por fin llegamos al monte que debíamos superar para llegar a La Alberca. Casi era mejor no mirar hacia arriba para ver por donde iba la carretera porque era increíble, pero dónde acaba esto!. En total 8 Km con 12 revueltas, según nuestros amigos del Montesol. No las contamos pero se hizo muy largo. El truco estuvo en ir concentrados en las vistas e ir alucinando con lo que estábamos subiendo. Pero todo llega y ahí nos estaba esperando el cartel que anunciaba el final del puerto. Mientras descendíamos hasta La Alberca íbamos pensando en el premio que íbamos a conceder cuando llegáramos. Como podeis imaginar, lo primero la jarrita de cerveza con pintxo de jamón y lo segundo, una dulzaina de una pastelería que ya le habíamos echado el ojo. Muy, muy satisfechos nos duchamos y nos fuimos a cenar. Ahora me gustaría hablaros de la parte de gastronómica del viaje. Cenamos en el restaurante El Moderno las dos noches, porque cenamos fenomenal y el trato fue exquisito. Verduritas a la plancha, patatas meneas, carrilleras, secretos, bacalao con pisto, tarta de queso y flan casero; todo buenísimo y a muy buen precio. La pastelería de las dulzainas es digna de ver. Me sentí con Hansel y Gratel en la casita de Chocolate. ¡Qué cantidas de dulces y qué grandes!, no sabíamos por donde empezar. Y por último, y no menos importante, las obleas de la tía Dolores, no había probado nunca unas tan buenas. También hay que destacar del lugar sus embutidos ibéricos. De hecho nos encontramos a un marrano campando a sus anchas por el pueblo y nos explicaron que lo alimentaban los vecinos y que en enero se subastaba. No te puedes ir de allí sin visitar antes la Tetería, que está un poco escondida pero tiene una terraza de ensueño, además de una variedad de tés que fueron mi perdición. Desde ahí pudimos escribir alguna crónica, muchas gracias!. Y enseguida os cuento la siguiente...

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