lunes, 25 de julio de 2011

XIX etapa, de Trujillo a Mérida, llega el final

109,45 Km, 1830 Km en total. Parecía no que no iba a llegar nunca, pero todo lo bueno se acaba. Era la última etapa, 19 en total. El último día que íbamos a ponernos la equipación, montarnos en el tandem y viajar...¡qué pena!. ¡Qué pena y qué satisfacción!, íbamos a entrar triunfales en Mérida habiendo hecho muchos más Km de los esperados y en perfectas condiciones (aunque ahora Diego os llore un poco, ni caso). Parecía que iba a ser una etapa muy sosa porque todo el camino era bastante llano, pero ya se encargó Diego de pasar por los pocos montes que había. Salimos de la ciudad gracias a un ciclista aficionado que, además de acompañarnos parte del camino, nos explicó todas las dudas que nos quedaban sobre la región. También fue agradable rodar en llano durante un buen rato, nos lo merecíamos. Esta parte de la ruta se hizo nos gustó más de lo que pensábamos porque pasamos por muchos pueblicos y muchos regadíos, no era el paisaje tan llermo como parecía en un principio. Y luego, el adornito del día. Queríamos visitar un pueblo, Montanchez, que estaba a unos 50-60 Km, que tenía un castillo muy bonito y nos venía muy bien para hacer la parada. Pero para llegar a él subimos un puerto, es que sino no tenía gracia, había que ganarse el almuerzo. Como siempre el esfuerzo mereció la pena y tanto el pueblo, como el castillo y las vistas desde él fueron espectaculares. Como en este pueblo había varias fábricas de jamón, compramos jamoncito y almorzamos un bocata "que pa que". Pero había que seguir la etapa, Mérida nos esperaba y con un calorcito...Hasta ahora la etapa había sido fresquita porque salimos pronto, pero ya era mediodía y el sol calentaba. Una vez que bajamos el resto fue practicamente llano y daba gusto rodar rápido. Cuando quedaban tan sólo 11 Km para llegar a nuestro destino Diego se inventó otro adornito pasando por el embalse de Proserpina. La verdad es que no esperábamos que la primera visión de Mérida fuera tan caribeña, con un pantano lleno de chiringuitos. Este descubrimiento no lo podíamos dejar pasar y...al agua, bastante calentorra pero que se le va a hacer. Lo curioso que ahí encontramos un cartel de inicio de Mérida y, cuando continuamos con el tandem hacia la ciudad, ¡salimos de Mérida!, ¡Qué mosqueo, ¿dónde estaban los monumentos?. Sin saber muy bien que explicación darle seguimos hacia delante con la esperanza de volver a entrar en Mérida y así fue. Debo decir que me decepcionó bastante la ciudad. Quitando las ruinas romanas el resto es bastante feo y desastroso. Menos mal que por fin encontramos la oficina de turismo y nos dió un mapa. Apesar de eso nos costó encontrar el alojamiento. Pero que más dá, ¡ya estamos en Mérida, lo hemos conseguido! Teníamos una sensación extraña, nos costaba creernos que ya se había terminado, teníamos la rutina tan aprendida... Sólo nos quedaba conocer la ciudad y volver a casa.
Como curiosidades os contaré que hicimos 1830 Km, estuvimos pedaleando 112,20 horas, la velocidad media sale a 16,31 Km y la media de Km diarios a 96,31 Km. La etapa más larga fue de 127,35 Km y la más corta de 62,46 Km. La velocidad media menor fue de 13,86 Km/h y la mayor de 18,91 Km/h. La velocidad máxima alcanzada fue de 69,73 Km/h. La etapa más larga duró 7,48 h y la más corta  4,01 h.
Sólo queda agradecer, a toda la gente que nos hemos encontrado por el camino, lo bien que nos han tratado y lo bien que nos han hecho sentir. Tenemos que hacer una mención especial a todos los mecánicos que nos han solucionado las averías tan eficaz y eficientemente.  Por supuesto, antes tenemos que dar las agracias a los que han hecho posible esta aventura. El primero a Ferri y Laura que sin su tandem no habría habido "el tandem del amor", sólo "amor"; a Finito por poner el tandem a punto y dar esas clases magistrales de mecánica a Diego, aunque luego sin herramientas no se ha podido lucir. Y, por último, muchas gracias a todos los que nos habeís animado y os habeís divertido con nosotros. Volveremos...
 

sábado, 23 de julio de 2011

XVIII etapa, de Cabañas del Castillo a Trujillo.

62,46 Km, 1720 Km en total. Esta vez si que iba a ser una etapa de "relax" cuyo objetivo era, únicamante, llegar a Trujillo prontito para poder verlo y pasar ahí la noche. Debido a las obras tuvimos que cambiar la ruta y, gracias a los buenos consejos de Maite, volvimos al puente (donde el pastor...) y nos dirigimos hacia Retamosa. Entre Retamosa y Deleitosa (bonitos nombres), debía haber un desvío hacia la izquierda que nos llevaría a Aldeacentenera. El caso es que esta carretera no figuraba en el mapa pero, según Maite, existía. Además pasaríamos por el río Almonte donde nos podríamos bañar. Seguimos todas las indicaciones de Maite, y en el río paramos y nos bañamos, aunque tuvimos que darnos vuelta y vuelta para mojarnos porque había poca agua. Pero pudimos desfrutar de estar un rato agusto despojados de nuestras vestiduras en contacto directo con la naturaleza, o lo que viene siendo...en bolas. No había peligro porque por ahí no pasa ni Dios...y menos estando Diego. Con mucha pereza continuamos el camino sin saber el cuestón que nos esperaba...¡para qué tanto bañito si ya estamos sudando como kotxos! Después de mucho sube y baja y ver dehesas por doquier llegamos a Aldeacentenera, donde nos regalamos una ración de queso las Villuercas delicioso...con sus jarritas claro. Mientras yo plasmaba estas letras en un papel, Diego se dedicaba a hacer amigos en el bar. Se supone que iba a preguntar por qué carretera era mejor ir a Trujillo,pero salió diciendo que no tenia ni idea,eso sí,se habia encajado un txupito de crema de orujo para recuperar energias, anda que... Y no me extraña, la cosa estaba complicada. Nos encontramos a la derecha una carretera con un cartel "firme en mal estado", os suena verdad? Pues no estaba en mal estado, estaba en peor. La que iba hacia la izquierda más de lo mismo y la de enfrente "cortada por obras", os suena también?. Por cual fuimos?. Nos la jugamos y fuimos por la carretera cortada por obras. En principio no parecía que ahí pasara nada, pero de repente... nos encontramos con lo mas parecido a un circuito de cross. Los currelas nos miraban con cara de alucinados y Diego, con su afamada experiencia, solventó la papeleta con sobresaliente (bueno, yo aguanté el tirón, que no es poco). Lo demás estaba decentillo, pero llegamos a un desvio cuya información era: "Prohibido a más de 60 km/h, precaución por carretera sinuosa (¿qué querria decir?) y no más de 15 toneladas. Se acoplaba a nuestro perfil, no? Pues por ahí que fuimos. Como todos los adornos de Diego, este también tenía trampa. Menudos repechos y qué calor! Terminamos con las reservas de agua y todavía no habíamos llegado a Madroñera, el siguiente pueblo. Le he preguntado a Diego como definiría la ruta y tendría que poner tantos "piii..." que me resulta imposible. Al final llegamos al pueblo, como siempre, llenamos nuestros bidones de agua y salimos  hacia Trujillo, que se veia su castillo ya al fondo. Lo que si había sacado en claro Diego del bar de Aldeacentenera, era el hostal donde nos alojaríamos, hostal Julio y salió el mismo a recibirnos a la puerta. Que más se puede pedir?. Una duchita y a ver la ciudad, que nos han dicho que es preciosa y tenemos muchas ganas.... de ver la ciudad,mal pensados. Cuando salimos del hostal, nos dimos cuenta del calor que hacia, aún así Tujillo merece una visita en profundidad, es bonita por todos los rincones. 
P.D. Carlangas se nos fue la olla (por el calor) y nos comprometimos con Julio para cenar y no nos acordamos del restaurante Troya, qué fallo! Lo dejamos pendiente...

XVII etapa, de Mohedas de la Jara a Cabañas del Castillo.

100,04 Km, 1658 km en total. Después de despedirnos de nuestra "amatxo" Pepa, comenzamos a subir el puerto de San Vicente, puerto (807m) y pueblo de Pepa. La verdad es que con lo fácil que fue subirlo nos extrañó que tuviera cartel, pero ya que lo tenía pues,... foto al canto. Ahí comenzaba la puerta natural de la ruta de las Villuercas y la vega del Guadiana. Primero bajamos hasta el río Guadarranque y teníamos que pasar también por el río Guadalupe; y ya se sabe que entre Gua y Gua..."sierra que te crió". Alé!, a subir hasta el Estrecho de la Peña y luego al sube y baja. Antes de llegar a Guadalupe, nuestra primera parada, pasamos por Alía. Desde ahí se divisan cuatro provincias, Ciudad Real, Toledo, Cáceres y Badajoz. Por fin llegamos a Guadalupe, llevábamos dos días rodeándola y ya estábamos ahí.  Teníamos curiosidad por conocerla porque todo el mundo nos había hablado muy bien de ella. Sólo sabíamos que tenía un santuario con la virgen de Guadalupe al que la gente peregrinaba. Lo primero que nos encontramos fue el mercadillo, que dejaba un pasillo tan estrecho que casi no pasamos. Ahí hice realidad un sueño que tenía estos días...comer sandía. Como son tan grandes no habíamos podido comprar porque luego había que llevarla en el tandem, pero la frutera me la regaló y no podía decir que no. Eso si, Dieguito me avisó...ya te la puedes comer hoy mismo. Como soy muy obediente empecé a devorarla, pero sólo la mitad. Luego, de camino al santuario, nos ocurrió algo muy gracioso. Una señora, con acento argentino, nos dijo:
 Señora: - Oh, qué bonito, en bici de dos!
Diego y Ana: -Siiii...
Señora: -Y de dónde venís?
Diego y Ana: -de Navarra.
Señora: -Ohhhh!!!!(mucha admiración), ¡qué devoción a la virgen! (yo entendí a la bici que también tiene sentido).
La pobre se pensó que veníamos desde Navarra para ver a la virgen de Guadalupe. Lo mejor vino después cuando entramos a ver el santuario y Diego, se acercó tanto a la verja que, al girar la cabeza, se pegó un golpe en la ceja y soltó , en el mejor navarrico, ¡me cagüen Dios!. Para haberlo grabado...casi me muero de la risa. Con mucha guasa continuamos la ruta camino de Cañamero, pasando por el desfiladero del río Ruecas. Hacía un calor de muerte y nos costaba mucho pedalear (la culpa de la media sandía que pesaba mucho), así que cuando vimos las piscinas municipales del pueblo no lo dudamos...¡al agua! Luego nos enteramos que un poco más adelante había una piscina natural, otra vez será. Con mucha pereza y muy empachada de haberme comido la otra mitad de la sandía (ya no como en un mes), retomamos el viaje con un poquito menos de calor. Nos esperaban dos puerto seguidos hasta nuestro destino final, Cabañas del Castillo. Una vez que cogimos el ritmo y la sandía me dió una tregua, no nos costó mucho llegar al puerto de Berzocana (910m). Este empalmaba directamente con el siguiente, el Collado del Mazo (1061m), pero el problema era que la carretera estaba cortada por obras. Pero como buenos cabezotas que teníamos que ir por ahí, pues ¡ala!, que sea los que la virgen de Guadalupe quiera. Pues se ve que quería porque nos encontramos con una carretera asfaltada a la que sólo le faltaba pintar alguna raya y poner algún quitamiedos. ¡Qué maravilla!, la carretera para nosotros sólos, o casi, y unas vistas impresionantes de las Villuercas. Llegamos sin problemas hasta el desvío de Cabañas del Castillo y comenzamos a subir. Desde ahí vi a un pastor que no nos dejaba de mirar, ahora lo entiendo. No estaba admirando nuestra elegancia de pedaleo, sino que alucinaba porque, metros más tarde, la carretera estaba levantada por obras. Menudos 4 Km de tensión y con el culo arriba para no cargar la rueda trasera. Enseguida divisamos el pueblo. El castillo está  en lo alto de la roca y el pueblo justo debajo. Por el desnivel que estábamos haciendo el final se preveía duro. Más bien durísimo, 1 Km al 15%, lo mejor para terminar la jornada. Por lo menos tuvimos la gran suerte de encontrar a Maite que nos alojó en su apartamento rural. "El nido de la Collalba" resultó ser un lugar encantador, con unas vistas al valle del río Almonte privilegiadas. Es un pueblo de 23 habitantes cuyo bar, en la plaza, es una máquina de refrescos. Estábamos de foto, Diego y yo tomando una cervecita en la plaza del pueblo... Maite nos recomendó que subiéramos al castillo o por lo menos hasta el collado, porque estaba anocheciendo, para disfrutar de las vistas. ¡Cómo que hasta el collado!, después de 100 Km, hasta el castillo, hombre! Terminamos bajando de noche (si ya lo sabía yo) pero mereció la pena, ¡menuda puesta de sol! Ya os habreís imaginado que restaurante para cenar no había, pero Maite nos trajo todo lo que tenía para que pudiéramos cenar y desayunar. Casi nos alegramos de que no hubiera, porque nos trajo tomatitos de su huerta (lechuga no pudo porque se las había comido una oveja descarriada), huevos recién cogidos, aceite de sus olivos, pan hecho por ella, queso de cabra de las Villuercas...¡qué lujo, qué más se puede pedir! Cenamos romanticamente en aquel nidito de amor y a dormir. Al día siguiente no tuvimos ninguna prisa por marcharnos, el lugar nos había atrapado...
 

viernes, 22 de julio de 2011

XVI etapa, de Almaraz a Mohedas de la Jara, pisamos Toledo.


114,26 Km, 1558 Km en total. No tenía la intención de mentiros cuando os dije que ya nos quedábamos en Extremadura, pero surgió la posibilidad de adornar la ruta y no nos pudimos contener.
Por fin un día salimos a las 9:30 h y con el viento a favor. Queríamos hacer la ruta de los Ibores, Villuercas y la Jara. Es la zona este de Cáceres y en esta ruta hay un proyecto de Geoparque. Ibor es un afluente del Tajo y acompaña al nombre de los pueblos de su valle. Es famoso por su queso de cabra, al igual que las Villuercas. Las Villuercas es una comarca montañosa que incluye la zona tanto este como oeste de Guadalupe. Es famosa también por el vino de pitarra. Por último, la zona de la Jara es rica en eso, en jara. La jara es una planta arbustiva muy olorosa porque sus hojas están impregnadas de un aceite que con el calor se vuelve pegajosa. También la hemos encontrado en toda la sierra del sistema central. Me trae muchos recuerdos de la niñez, cuando íbamos todo el familión a la sierra y hacíamos vestidos a las muñecas con las hojas de jara, os acordais primitos?. Bueno, después de tanta explicación, sigo con la ruta.
La verdad es que la ruta pintaba fácil, con un par de puertitos sin más y lo que nos deparara el futuro. Pues para empezar tuvimos casi 35 Km de subida, con la única bajada a la presa de Valdecañas de Tajo. Ahí empezamos la ruta de los Ibores atravesando campos de alcornoques y encinos con ganadería. Nuestra primera meta estaba en Castañar de Ibor, donde íbamos a almorzar y a preguntar sobre la zona para perfilar mejor la etapa. Si vierais como alucinaron los vecinos cuando les contamos que habíamos subido la cuesta del desvío a Fresnedoso de Ibor. Menudo rampón, 1,5 km nos costaron 15 minutos, según la señal al 10%, pero ya sería más. Nos contaron que los camiones cargados se desviaban por la antigua carretera que no tiene tanta pendiente, ¡si lo hubiéramos sabido! El "consejo vecinal" que discutía nuestra ruta estuvo muy interesante y la conclusión a la que llegamos es que debíamos visitar también las Villuercas occidentales (apuntado lo dejamos para el día siguiente).Toda esa zona está formada por sierras paralelas con muchos olivos y castaños. Aunque tuvimos que subir bastante, las vistas compensaron el esfuerzo, la cara sur de Gredos, el valle de la Vera, la sierra de Viejas... La ascensión al primer puerto oficial del día, el collado del Hospital (1096m) nos permitió ver corzos, que no se inmutaron por nuestra presencia. De ahí bajamos al río para volver a subir, pasando por Navatrasierra que, como su propio nombre indica, estaba perdido en medio de ella. Paramos a repostar y alucinamos con la gente del lugar. Llegaron en un cochazo la hija, el yerno y la nieta de la abuela que regentaba el bar. ¡Qué pijos...!, "pa verlos", el perro iba al psicólogo, no os digo más, aunque no sé quien lo necesitaba más de todos. Un poco espantados de ver a un perro tipo oveja venga a ladrar, nos fuimos directos al puerto de Arrebatacapas (911m). Se nos olvidó preguntar el por qué del nombre pero nuestras capas se mantuvieron intactas. Eso si, los ojos como platos...menudas vistas del otro valle. Toda una "planicie" nos esperaba incluyendo las provincias de Toledo y Ávila. No teníamos muy claro si quedarnos en Carrascalejo o continuar al siguiente pueblo para avanzar y acortar la etapa del día siguiente. Así caímos en Mohedas de la Jara, provincia de Toledo. El tema de los alojamientos estaba un poco complicado porque sólo habia dos casas rurales y ni un sólo restaurante. Al final escogimos muy bien y fuimos a parar a la casa rural "El Pozo". Está encima de un bar y lo regenta Pepa y sus dos hijas. Y la cena...pues Dieguito, con ese arte que tiene, convenció a Pepa para que nos la preparara. Fue un sueño hecho realidad, ensalada de la huerta, tortillón de patatas con huevos de sus gallinas (que sólo comen trigo), lomo y fruta. ¡Menudo manjar, ni en el mejor restaurante! Lo mejor, el trato, como si fuéramos sus hijos. Y por la mañana...nos preparó un desayunico con mantecadas y magdalenas que estaban de rechupete...pero esto es de otro día...Muchas gracias Pepa!

fotos XV etapa


jueves, 21 de julio de 2011

XV etapa, de Plasencia a Almaraz

87,49 Km, 1443 Km en total.
Otra vez nos diron la una para continuar la marcha, pero aprovechamos para escribiros y ver un poco Plasencia. Por cierto, es toda una señora ciudad con una parte antigua amurallada muy bonita y bien cuidada. Salimos por la puerta de Trujillo rumbo al Parque Nacional de Monfragüe. Esta zona está bañada por el Tajo y su afluente el Tiétar, que están embalsados, y tiene un castillo con una hermita. El castillo es un antiguo recinto amurallado, se cree que árabe, que inicialmente tenía cinco torres, de las que sólo queda la torre del homenaje (pentagonal) y restos de una cilíndrica. La hermita está ocupada por una virgen traída de Palestina en el sXII por un grupo de caballeros cruzados. Luego os contaré más cosas del castillito...
Bueno, para empezar nos pusieron una cuesta nada más salir de Plasencia, que menuda gracia nos hizo. Nos sirvió para disfrutar del paisaje, de los alcornoques, porque el día anterior no estábamos para "ná". Entre subes y bajas lleganos al Parque Nacional. Fuimos siguiendo la carretera en busca del santuario de Monfragüe que señalaba el mapa. Durante el recorrido pudimos contemplar buitres. es una zona de especial valor porque en ella anidan buitres, cigüeñas negras, águilas, búhos reales... Después de subir un ratito comenzamos a bajar mosqueados porque no había ninguna indicación del santuario. Y, de repente, apareció a la izquierda el desvío dando paso a un cuestón "de no te menees". Cuando nos dimos cuenta del percal, Diego me preguntó: -¿subimos o lo vemos desde aquí y pasamos de todo?; y yo, que no se lo que había desayunado aquel día, le contesté: -no, no, subimos!...porqué no me estaría calladita...Un kilómetro, aproximadamente, al 18%, menuda bromita! LLegó un momento que pensaba que no íbamos a poder, hasta que se acabó la carretera...¡bien, ya teníamos excusa para bajarnos del tandem e ir andando! Sólo nos quedaban unas cien escaleras para subir a ver...piedras y una virgen por un agujerito! Pero las vistas desde los alto de la torre, ¡ALUCINANTES!. Con las piernas un poco tocadas retomamos la ruta y continuamos por el parque. La idea era abandonarlo y dirigirnos hacia las Villuercas, objetivo de la proxima etapa. Tuvimos las gran suerte de que, como subiendo hacemos poco ruido, una cierva y su cervatillo cruzaron la carretera delante nuestra tan tranquilos. Después pudimos ver muchos más animales porque pasamos por prados con alcornoques "pelaos" llenos de vacas y de encinas llenas de...¡sí, por fin hemos visto el cerdo de pata negra vivo! Y lo mejor de todo, lo que Diego estaba esperando todo el viaje...toros bravos. Aunque cuando lo vieron cámara de fotos en ristre, se asustaron un poco. Por ver vimos hasta una charca llena de tortugas. De eso todavía tenemos dudas de si fue un espejismo, porque íbamos justísimos de todo. No nos quedaba agua, eran las seis de la tarde y llevábamos 70 Km y no habíamos comido. El problema era que no había nada antes de llegar a Serrejón. No os podeís imaginar con que alegría asaltamos al camarero del bar. No sé como nos vió pero nos saco una litrona de cerveza (después de este viaje habrá que desengancharse). Tuvimos una comida-merienda de lo más animada porque se pararon a hablar con nosotros todos los lugareños. Coincidimos que es lo mejor de todo, la cercanía que tenemos con la gente, es que el tandem atrae. Con el buche bien lleno nos fuimos a Almaraz a dormir, porque el su¡iguiente lugar con posibilidad de alojamiento y no seguro, estaba a dos horas y ya era muy tarde. Lo único a destacar de Almaraz es su central nuclear, el hostal Portugal y la tiendica del pueblo cuya dependienta es muy maja.
P.D estamos teniendo muchos problemas para acceder a un ordenador, espero que acepten nuestras disculpas.

lunes, 18 de julio de 2011

XIV estapa, de Jaraíz de la Vera a Plasencia.

103,93 Km, 1356 Km. Como vamos "sobraos" de tiempo y kilómetros, decidimos regalarnos un día de "relax" visitando el valle de la Vera cacereño. Diego trazó una ruta muy interesante no exenta de "trampas", carreteras de sube y baja y con grandes pendientes, pero, que se le va a hacer, es nuestro sino. Primero subimos al Monasterio de Yuste, por Garganta la Olla, residencia y retiro del Emperador Carlos V desde 1557 hasta su fallecimiento. No lo pudimos visitar por dentro, por el tandem, pero cotilleamos lo que pudimos...muy bonito, yo también me retiraría ahí. Luego bajamos a Cuacos de Yuste, en la ruta de Carlos V, para subiiiiir hasta Guijo de Santa Bárbara rodeada de cimas de más de 2200m. De ahí descendimos a Jarandilla de la Vera que tiene un  castillo convertido en parador nacional. Seguimos un poco más hasta Robledillo para empezar el regreso a Jaraíz, visitando otros pueblos como Losar. Este pueblo tiene un jardinero muy currelas que tiene todos los arbustos, árboles y plantas decorados con mucho arte. Volvimos por Jarandilla donde encontramos una piscina natural, de esas que nos gustan, donde nos bañamos y comimos algo. Pero, como nos habían hablado muy bien del Lago de Jaraíz, fuimos a visitarlo y a disfrutar de su playa de arena y su chiringuito, y una siestita también. Después de tantos lujos proseguimos el viaje, parando antes en el hostal a recojer las alforjas. Nos quedaban 33 Km, que parecían bastante llanos, con viento bastante favorable...¡la etapa era nuestra! Pero que incautos, como iba a ir todo sobre ruedas...eso las ruedas! Pinchamos, sí, otra vez (mira que le dije a Dieguito que comprara cámaras antipinchazos...). No teníamos recambios nuevos, sólo parcheados. En principio sólo nos quedaban 3 Km y aguantarían. Con lo que no contábamos es con que la bomba iba a jubilarse ese día y en ese momento. Increíble!!! Hinchamos lo que la señora bomba quiso y comenzamos la última subida justo antes del descenso que llegaba a Plasencia. De foto, los dos de pie con la rueda en llanta y de repente...¡un ciclista nos está adelantando! Menudo susto le dimos porque le asaltamos pidiéndole su bomba. Había aparecido nuestro ángel de la guarda que, no solamente nos prestó su bomba, sino que también nos llevó al centro de Plasencia, nos enseñó un hostal y una tienda de bicis...¡MUCHIIIIÍSIMAS GRACIAS! Todo un aventurón que salió muy bien. Pero claro nos toca pasar por el taller de nuevo para arreglar lo de la cámara (antipinchazos por supuesto) y, ah!, tenemos un radio roto y van...quien lo sepa que nos lo diga. Muxusss

XIII etapa, de Hervás a Jaraíz de la Vera. Ya no nos movemos de Extremadura.

79,88 Km, 1252 Km acumulados. Mientras Diego esperaba en el pueblo a que arreglaran el tandem, yo aprovechaba el ordenador de Carlos para poneros al día de nuestras aventuras. Hasta la una del mediodía no pudimos salir y nos preocupaba el calor que hacía para subir el puerto de Honduras (1430m) (los fantasmas de serranillos rondaban nuestras cabezas...) Pero tuvimos suerte porque durante más de la mitad del puerto, la sombra de los castaños y robles nos dieron una tregua. El firme estaba en muy mal estado a partir de la segunda mitad y temíamos por los radios. Las vistas, como siempre, preciosas y al llegar...¡pero si no hay cartel de final de puerto!, ¡pero hombre, eso no se hace, que un cartelito no cuesta nada y para decir que el firme está en mal estado sí lo ponen...! Y la bajada...medio metro y otra vez subiendo, ¡pero esto no es un puerto, es un cachondeo! Y, claro, cuando por fin deciden que podemos bajar...el firme para bajar en tractor. Casi nos cuesta más bajar que subir y con el culo arriba para que no sufra la rueda (y yo qué?). Pero las vista del valle del Jerte...impresionantes, y eso que los cerezos no estaban en flor. Es una tierra muy rica y, no sólo abundan los cerezos, también los castaños, las higueras... Después de probar algunas cerecitas que todavían quedaban, hicimos una parada técnica en una piscina natural, como veís muy habituales por la zona, para prepararnos para el segundo puerto de la jornada, Piornal (1269m). A pesar de que es más bajo que Honduras, el desnivel es mayor, 813m frente a los 756m de Honduras. Piornal es el pueblo más alto de Extremadura (1176m) y poco después coronas el puerto. La verdad es que la gente con la que hablábamos se asustaba de lo que íbamos a subir y, casi, yo también. En parte tenían razón porque desde el desvío de la carretera nacional hasta Valdastillas, pueblo que inicia el puerto, había unos muros como soles. El plato pequeño y casi nos quedamos sin piñones; ¡como sea así todo llegamos a la luna!. Pero no, luego un puerto suave, largo y con una carretera ancha y en buen estado. Arriba nos sorprendieron las vistas de la sierra de Tormantos (que no tormentos), primeras estribaciones de la sierra de Gredos. Y el descenso?, vistas al valle de la Vera, muy similar al del Jerte en abundancia. Pero claro, ¿cómo estaba el firme?...¡EN MAL ESTADO!. Aún así disfrutamos de la bajada, sobre todo Dieguito que estaba emocionado. El descenso nos llevó al primer pueblo del valle, Garganta de la Olla. Los pueblos de toda esta zona, incluída el Jerte, no destacan por su hermosura pero lo compensan sus alrededores. Estaba lleno de plantaciones de frambuesas y tabaco, y son famosos por su pimentón. La noche la íbamos a pasar en Jaraíz de la Vera por cuestiones estratégicas por la vuelta del día siguiente, porque el pueblo era feo, feo y la gente...nos miraba un poco raro, no sé, no nos gustó. La idea era dejar las alforjas en el hostal y dar una vuelta por el valle más ligeros para luego seguir nuestro camino a Plasencia. Pero eso pertenece a otra etapa. Agurrrr.

sábado, 16 de julio de 2011

XII etapa, de La Alberca a Hervás, de Salamanca a Cáceres

78,90 Km, 1172 Km en total. Partimos con pena de La Alberca, porque nos hemos sentido muy bien tratados, pero con ganas de conocer otro lugar precioso, del que habíamos oído tanto hablar, Hervás. Como la distancia no era mucha pues había que adornarse. La verdad es que el calor apretaba y, después de la etapa anterior, nos merecíamos un poco de relax. Ese era nuestro objetivo pero las carreteritas que elige Diego están llenas de trampas. Tuvimos nuestro puertito de la jornada hasta llegar a Lagunilla. La carretera no estaba en muy buen estado pero las vistas, como siempre, espectaculares. Lo mejor fue lo que nos encontramos de bajada, menudo puertón!!!, lo asfaltaron para incluirlo en la Vuelta a España. Todo revueltillas con una pendiente del 16% aprox., menos mal que no lo teníamos que subir porque no hay plato ni piñón para eso. Como seguíamos decididos a descansar, aunque la orografía no nos quisiera dejar, encontramos una piscina natural en Abadía... Esto es vida! Bañito bien fresco, cervecita (como no!) y para comer una empanada típica de La Alberca (hornazo) rellena de chorizo, lomo, panceta...contundente, eh? (todavía la estoy intentando digerir). Dieguito no me dejó ni siesta y después de despedirnos de Libarte, la simpatica camarera, seguimos la ruta. Quiero hacer un inciso para contaros que nos hemos encontrado muchísima gente en Salamanca que nació en Euskadi, porque sus padres emigraron allí, y posteriormente volvieron de niños. Lo peor de la jornada vino cuando salimos de la piscina, con un calor de muerte, el hornazo sube que sube y un reseco de muerte. Encontramos una fuente, en Segura de Toro, de agua "no potable" y nos lanzamos a ella. Una mujerica que tomaba la fresca nos aseguró que estaba buenísima...y tenía razón. Eso fue suficiente para llegar hasta Hervás. Encontramos, arriba del pueblo, un albergue digno de ver. Es el muelle de carga rehabilitado de la antigua estación de ferrocarril de Hervás, vía muerta desde 1985. En el año 2006 ganó un premio de diseño. Lo regenta Carlos, un hombre que te hace sentir como en casa. Como llegamos pronto, pudimos dar una vuelta por Hervás, por su barrio judío y cenar una carne a la brasa buenísma (todavía estoy hacido la digestión). Nos fuimos a la cama pensando en la etapa del día siguiente, fuerte como no, nos toca subir el puerto de Honduras y Piornal. Para mañana se espera mucho calor y habrá que madrugrar...Pero para que hacemos planes!!!, mecagüen en los radios, ya tenemos otro roto!!! Nuestro gozo en un pozo, por la mañana habrá que ir a la tienda de bicis (por lo menos hay) y a ver a que hora salimos... Hasta mañana.

XI etapa, de La Alberca a La Alberca. Etapa reina.

Ya que era la etapa reina en el Tour, nosotros decidimos hacer la nuestra. 106,50 Km  (1093 Km en total), con cinco puertos: dos de hors categorie (como dicen en la ronda francesa) Peña Francia (1732m)  y el alto del Portillo o Batuecas (1240); uno de 2º categoría, de Serradilla a las Hurdes por la Sierra de la Canchera (1077 m); dos del 3º, de Vegas de Coria a las Mestas y el alto de Monsagro. La mañana fresquita nos ayudó mucho para comenzar a subir a Peña Francia. Son 17 Km, "largo pero duro" como se suele decir, pero poliki, poliki, llegamos causando la admiración de los presentes que nos habían ido adelantando con sus vehículos. Después de ver el santuario y tomar un cafecico para entrar en calor, comenzamos 14 Km de descenso hasta Monsagro (¡qué premio!). En este pueblecito nos sorprendió gratamente ver una Alaucaria, árbol típico de la zona de Chile donde estuvimos Diego y yo (el caso es que están protegidas...). Ahí comenzó nuestro segundo puerto hasta descender a Serradilla del Arroyo, para luego ascender a serradilla del Llano y pasar a las Hurdes (esto parece una montaña rusa). Cuando comenzaba el descenso paramos a comer en el hostal Montesol que contaba con unas vistas privilegiadas de la Sierra de la Canchera (¡menudos montañones!). Como el tandem no pasa desapercibido en ningún sitio, aquí no podía ser menos y disfrutamos de una animada charla con los presentes en el bar. Dieguito cumplió el sueño de uno de ellos llevándole a dar una vuelta con él . He de decir que Diego está siendo la envidia de muchos hombres (dicho por ellos) porque les encantaría poder compartir con sus parejas la afición a la bici y poder realizar una aventura así. Antes de continuar el descenso, cambiamos las pastillas del freno delantero, que no está la cosa para bromas!. Al llegar al río Hurdano no nos lo pensamos dos veces y nos dimos un chapuzón, pero corto porque todavía nos faltaba lo más duro de la etapa. Y otra montaña rusa hasta llegar a las Mestas donde comenzaba el coloso de la jornada. No hacía falta ser muy listo para hacerse una idea de lo que nos esperaba. Estábamos en lo más profundo de un valle rodeados de grandes montes y nos quedaban 13 Km. Por fin llegamos al monte que debíamos superar para llegar a La Alberca. Casi era mejor no mirar hacia arriba para ver por donde iba la carretera porque era increíble, pero dónde acaba esto!. En total 8 Km con 12 revueltas, según nuestros amigos del Montesol. No las contamos pero se hizo muy largo. El truco estuvo en ir concentrados en las vistas e ir alucinando con lo que estábamos subiendo. Pero todo llega y ahí nos estaba esperando el cartel que anunciaba el final del puerto. Mientras descendíamos hasta La Alberca íbamos pensando en el premio que íbamos a conceder cuando llegáramos. Como podeis imaginar, lo primero la jarrita de cerveza con pintxo de jamón y lo segundo, una dulzaina de una pastelería que ya le habíamos echado el ojo. Muy, muy satisfechos nos duchamos y nos fuimos a cenar. Ahora me gustaría hablaros de la parte de gastronómica del viaje. Cenamos en el restaurante El Moderno las dos noches, porque cenamos fenomenal y el trato fue exquisito. Verduritas a la plancha, patatas meneas, carrilleras, secretos, bacalao con pisto, tarta de queso y flan casero; todo buenísimo y a muy buen precio. La pastelería de las dulzainas es digna de ver. Me sentí con Hansel y Gratel en la casita de Chocolate. ¡Qué cantidas de dulces y qué grandes!, no sabíamos por donde empezar. Y por último, y no menos importante, las obleas de la tía Dolores, no había probado nunca unas tan buenas. También hay que destacar del lugar sus embutidos ibéricos. De hecho nos encontramos a un marrano campando a sus anchas por el pueblo y nos explicaron que lo alimentaban los vecinos y que en enero se subastaba. No te puedes ir de allí sin visitar antes la Tetería, que está un poco escondida pero tiene una terraza de ensueño, además de una variedad de tés que fueron mi perdición. Desde ahí pudimos escribir alguna crónica, muchas gracias!. Y enseguida os cuento la siguiente...

fotos X etapa

Candelario, San Martin de castañar, La Alberca

X etapa, de candelario y Béjar a La Alberca, seguimos en Salamanca

86,35 Km, 986 Km en total. El amanecer en Candelario fue muy fresquito pero nos animamos a visitar el pueblo. Varias cosas caracterizan este pueblo y lo hacen tan atractivo. Una es su forma alargada, estrecha y en pendiente, que hace que no tenga la típica plaza de pueblo. Otra son los regachos que circulan por sus calles llenos de agua. Y , entre otras, sus batipuertas. Las batipuertas son mediopuertas que anteceden a la puerta de entrada a la casa y que servían para proporcionar más luz al interior, al poder dejar abierta la puerta principal. Algunas también se usaban de burladero para la matanza de los animales. Desde luego hay que verlo!. Bueno, al final dejamos en el hostal parte del equipaje, que no hacía tanta falta, para aligerar la parte trasera del tandem (mejor renunciar a las chancletas que quedarme en tierra). Bajamos a dedo hasta Béjar donde Victor, el mecánico de Cubino, tenía a punto la máquina. Cambió dos radios, una cubierta y las cintas que van por el interior de las llantas que hacían que la cubiertas no encajaran bien y botaran las ruedas (cuando Ferrigato vea el tandem no lo va a reconocer). Con el mejor horario previsto salimos de la ciudad con la agradable compañía de un ciclista aficionado, miembro del club "El trampal", dueño de un tandem sin usar hace mucho tiempo y profesor de instituto. Además de hacer de "cicerone" y darnos todas las explicaciones oportunas del lugar, nos recomendó volver en marzo cuando celebraban una marcha de BTT en Sotoserrano, que es espectacular. En nuestro peregrinar contamos también con la compañía de un joven forestal que venía del Barco de Ávila a pasar unos días con su madre en Agallas (unos 150 Km). Una bonita forma  de hacer el viaje. Llegó un punto en el cada uno tuvo que seguir su camino y nos despedimos. De Béjar a la Alberca hay unos 50 Km pero nosotros preferimos adornarnos con 36 Km más. La verdad es que mereció la pena porque visitamos la Sierra de Francia en toda su extensión y probamos sus frutos...¡qué cerezas! Nos recomendaron que no nos perdiéramos el pueblo San Martin del Castañar. Calles empedradas, arquitectura castellana, un precioso castillo rehabilitado con grandes vistas y una plaza de toros de lo más original. No os cuento más porque hay que verlo. Lo único malo fue que para llegar de ese pueblo a La Alberca tuvimos primero que subir, luego bajar hasta el río y terminar subiiiiiiendo, todo ello amenizado por la compañía de los mosquitos que nos jaleaban al oído. En general la etapa fue muy bonita y La Alberca, para terminar, más aún. Es muy parecida a San Martín pero mucho más explotada turísticamente. Aún así tiene mucho encanto y sus alrededores también. Por eso decidimos quedarnos dos noches y así hacer una etapa sin alforjas.
P.D seguimos sin poder mandar fotos por el momento, perdonen las molestias.

FW: fotos IX etapa




From: anavalientelp@hotmail.com
To: i.latasaadgalibier.laura@blogger.com
Subject: fotos IX etapa
Date: Fri, 15 Jul 2011 12:00:47 +0200


viernes, 15 de julio de 2011

IX ETAPA, DE HOYOS DE ESPINO A CANDELARIO Y BÉJAR

De Ávila a Salamanca, 98,38 Km, 900 Km en total. Recuperados gracias a los chuletones, cuyas proteínas habían trabajando por la noche aumentando nuestros cuádriceps, partimos dispuestos a subir nuestro puerto "reconocido" de hoy...Peña negra (1909 m). Es el punto más elevado que vamos a subir, aunque no de mayor desnivel. ¿A qué el nombre asusta? Primero ascendimos levemente para luego bajar a Navacepeda de Tormes donde comenzamos el puerto. ¿Qué paisajes, qué verdor, cuánta agua y cuánta vida! Antes de llegar a la cima pasamos por La Herguijuela, un pueblo por el que parecía que no habían pasado los años, ni por sus habitantes ni por sus tractores. Los 12 Km de subida no se hicieron muy duros porque la temperatura era ideal y las vistas del circo de Gredos eran maravillosas. El contraste fue mayúsculo cuando comenzamos el descenso por su cara norte hasta Piedrahita, mucho más seco, amarillento... En la cima estaba todo preparado para celebrarse el campeonato del mundo de parapente pero, dos accidentes mortales ocurridos días antes, hicieron que se suspendiera la competición. Lástima que el tandem no iba bien y no pudimos correr agusto en el descenso de 17 Km. Y os preguntareís...¿qué le pasa al tandem ahora? Por un lado, otro radio roto y por otro ,daba tantos botes que parecía que íbamos a caballo. Para llegar a Barco de Ávila, donde íbamos a llenar el buche y seguir nuestra ruta de la cerveza, tomamos una carreterilla, terciaria por lo menos, que nos acercó a pueblitos ganaderos que justo habían pasado de la prehistoria (Hoyorredondo, Horcajada...) Con el viento en contra, como no podía ser de otra forma, llegamos a Barco donde comimos en su plaza y visitamos su castillo. ¡Qué pena que las tiendas estaban cerradas!, tenían unos chocolates que...ñam, ñam. Salimos muy contentos porque durante unos kilómetros debía darnos el viento a favor...ja, ja!. Alguien había cambiado la dirección del viento y además había colocado en nuestro camino unas pedazo nubes de tormenta... Yo tuve mis dudas de sí continuar o quedarnos en Barco (así abrían las tiendas de chocolate...). era necesario llegar a Béjar para dejar el tandem arreglando pero, a qué precio? Dieguito no lo dudó, estaba convencido de que íbamos a llegar. Sí, al pórtico de la iglesia del siguiente pueblo, El Losar. Tuvimos la gran suerte que justo al lado estaba el bar aunque no había teledeporte, ni covertura, ni ná. Nos dedicamos a ver cómo jugaban la partida los lugareños. Como la paciencia no es lo nuestro, en cuanto amainó un poco nos pusimos los chubasqueros y adelante que sólo nos quedan 30 Km! La tormenta cesó en seguida y el viento también, ¡bien!. Nos las prometíamos felices pero, según avanzábamos otra tormenta nos estaba esperando en el horizonte...nos pillará? La cosa estaba muy justa, andábamos en la línea divisoria entre el sol y la tormenta. Hasta que a la carretera le dió por girar a la derecha y llevarnos directos a la boca del lobo. Coronamos el puerto de la Olla y comenzaron las primeras gotas, otra vez a ponernos el chubasquero y correr a refugiarnos. Subiendo a Candelario comenzó a salir el sol y pudimos disfrutar de los olores que había dejado de lluvia. La idea era dormir en este pueblo tan bonito y bajar el tandem a Béjar a la tienda de Cubino (hermano de Laudelino Cubino, ganador de una vuelta a España hace unos cuantos años). Todo nos salió redondo. Encontramos un hostal antiguo muy curioso donde nos prepararon una cena deliciosa. Y a dormir!
P.D tenemos un problemilla para enviar fotos. En cuanto podamos las mandamos. Por cierto, más comentarios de ánimo por favor.

martes, 12 de julio de 2011

VIII etapa, de Arenas de San Pedro a Hoyos del Espino, seguimos en Ávila.

79,41 Km, 802 Km en total.
He sufrido...sí señores y mucho. La verdad es que la hora a la que salimos de Arenas no nos ayudó mucho, 13:49h. Pero por lo menos conseguimos que el dueño de la tienda Naturbike nos dejara el tandem como nuevo...un artista, gracias!. Como os podeís imaginar hacía un calor de muerte y nos esperaban 30 Km de ascensión. Nuestro objetivo era el puerto de Serranillos, un puerto suave pero largo. Hubiera sido maravilloso si no fuera por la aproximación de 14 Km hasta Sta Cruz del Valle, con repechos cercanos al 10%. Estas circunstancias marcaron el resto del día. Para colmo de males tuvimos nuestro primer pinchazo en San Esteban del Valle, último pueblo antes de coronar el puerto. Menos mal que encontramos un trocito de sombra que si no... Bueno, después de la subida viene la bajada y esta fue preciosa. Como me encontraba un poco justa, paramos en una gran fuente en Navarrevisca, donde bebimos y comimos algo...menos mal. La ruta la habíamos tenido que modificar debido a la avería y para acortar hoy un poco eliminamos el adorno Navarrevisca-Burgohondo-Navalosa, y fuimos directamente de Navarrevisca a Navalosa por una carretera local que, según el mapa, era recta y corta. Como pille al del mapa!!!! No era carretera sino muros de entre 12 a 15% de pendiente. Casi se me sale el corazón por la boca. Encima pasamos por un paraje maravilloso a la orilla del río Alberche que no pudimos visitar porque era tarde y aún nos quedaba camino. Pasada Navalosa llegamos, 10 Km después, a la Venta del Obispo donde me tiré del tandem suplicando comida y bebida (exagero sólo un poquito). Es increíble, cuando te da "la pájara" no tienes ni hambre ni sed, sólo mucho sueño pero sabes que tienes que comer y beber para superarla. Menudo platito de jamón encajamos más todas las existencias que nos quedaban. ¡Cómo nueva!...bueno sin pasarse. Sirvió para llegar dignamente a Hoyos, habiendo subido antes durante 10 Km hasta el Parador Nacional de Gredos. Hoyos del Espino es la entrada natural al circo de Gredos y esas vistas las hemos encargado en el hostal donde vamos a dormir. Ya sé que todo lo que os he contado no os da mucha envidia, pero si llegaís a ver el chuletón que cada uno nos acabamos de meter entre pecho y espalda... Por cierto, íbamos a cenar en el restaurante que nos recomendó Isabel (la camarera que nos atendió en Arenas) pero estaba arriba del pueblo y le estamos cogiendo cierta fobia a las cuestas. La verda es que hemos cenado de maravilla en el bar "La Bodeguilla" y tiene internet... Agur que la cama nos espera.

lunes, 11 de julio de 2011

VII etapa, de Cebreros a Arenas de San Pedro

Esta vez no cambiamos de comunidad y seguimos en Ávila. Fueron 88,13 Km, acumulando un total de 718 Km. Esta etapa ha estado marcada por la vuelta ciclista y las averías (nada que los radios no aguantan mi peso...me tendré que poner a dieta o Diego me deja por el camino). Seguimos durante algunos kilómetros el trayecto de la vuelta y fuimos la sensación. La Guardia Civil no sabía si hacernos parar y apartarnos cuando iba a pasar la carrera o no; y la gente nos miraba pensando si eramos de algún equipo y nos animaban. Antes de llegar a los "Toros de Guisando", donde Enrique IV nombró a su hermana Isabel la Católica reina de Castilla en 1468 (a que os suena del cole), nos alcanzó un grupo de aficionados y charlando con ellos...pues uno de ellos (Remigio) era muy amigo de uno de Estella (Marco, exciclista del Banesto). El mundo es un pañuelo... Volvimos a ver la carrera desde Sotillo de la Adrada y al mecánico de bicis del lugar que marchaba de escoba. Necesitábamos un taller urgentemente porque ya teníamos dos radios rotos y siguen rompiéndose en cadena. Esto cambió nuestros planes porque teníamos que llegar a un pueblo grande donde poder solucionar la avería. Así que, en vez de ir por Pedro Bernardo al puerto de Serranillos, nos dirigimos al bonito pueblo de Arenas de San Pedro. Pero como no todo es sufrir, nos tomamos un "kit kat" en la piscina natural de la Adrada después de visitar su castillo. Casi no nos movemos de ahí...que maravilla, que relax. Pero había que continuar, rezando para que no se rompieran más radios (cinco al final). Fueron 50 Km de falso llano con viento en contra que terminaron por desesperar a Dieguito (a mi como me lo tapa él). Pero, como no podía ser de otra forma, terminamos la etapa subiendo durante 6 Km hasta Arenas .Lo primero que hicimos fue localizar los diferentes talleres de bicis para, al día siguiente a primera hora, llevar el tandem. Cenita con churrasco de buey de Ávila (impresionante), visita cultural nocturna amenizada con un heladito casero y a dormir...

VI estapa, Rascafría-Cebreros, de Madrid a Ávila.

95,04 Km con un total de 630 Km. Salimos de Rascafría con la tripa bien llenita dispuestos a coronar como campeones el puerto de Cotos (1830m) y seguido el de Navacerrada (1860m). Fue difícil distinguir si estábamos en Madrid o en Euskadi porque, un grupo de 18 ciclistas aficionados de Bergara nos fueron pasando como rayos. Además algunos profesionales escogieron ese puerto para entrenar, demostrándonos que sí subimos, pero como caracoles a su lado. Por cierto Ferrigato, nos gustó mucho la equipación del Lizarte...También es el momento de decir que es una pena que no tengamos una equipación de nuestra tierra porque haríamos mucha publicidad y la gente no pensaría que somos de Oiartzun, que es la que llevamos porque es bonita, nada más. Nos hizo mucha ilusión cruzarnos con otro "tandem del amor" entre Cotos y Navacerrada. El chico era de Tudela pero vivían en la zona y les gustaba viajar en tandem, proximamente por Francia. Pasamos mucho miedo bajando hacia El Escorial porque había mucho tráfico con retención incluida por un rescate de montaña. Que decir de El Escorial...imponente. Lo mismo pensamos cuando subimos el puerto de la Cruz Verde (1256m) que venía a continuación y, que no venía en el mapa (si pillo a los que hicieron el mapita...).A partir de ahí bajamos a Robledo de Chavela donde comimos y vimos vida por última vez hasta llegar a Cebreros (Ávila). Sólo nos acompañó el cántico de las chicharras mientras subíamos y bajábamos como es nuestra costumbre. Vimos muchos botellines de ciclistas por las cunetas, lo que nos hizo pensar que por ahí había pasado una carrera...y en efecto. Se estaba celebrando la vuelta a Ávila para sub 23 y en Cebreros se concentraban varios equipos. Conocimos a Rubén Gorospe, director del equipo Baqué y exciclista profesional como su hermano Julián. Menos mal que habíamos reservado el día anterior la habitación porque si no...Por cierto, menudo hotel y por muy buen precio con desayuno incluido (Hotel Castrejón, por si vaís por ahí). A pesar de las despedidas de soltero y soltera que se celebraban en el lugar pudimos dormir como bebés. Y al día siguiente...

fotos V etapa

Lo prometido es deuda.

domingo, 10 de julio de 2011

V etapa, de cogolludo a rascafría

Resumiendo mucho sería 127 km, con tres puertos, dos de ellos no reconocidos pero lo son, damos fé. Comenzamos atravesando una zona cerealista por pueblos que tenían en común el nombre Beleña en algún sitio. Para variar, comenzó el sube y baja al que ya estamos acostumbrados, hasta entrar en la comunidad de madrid. Nos dió la bienvenida con la subida al embalse de  El Atazar. 6 Km de durísima ascensión pero para terminar con las impresionantes vistas del embalse con el pico Lobo y Somosierra de fondo. Bajamos a Torrelaguna donde nos esperaba la selección de lo mejorcito del pueblo en el bar "La Plaza". Al final todos los presentes nos dieron su opinión sobre por dónde debíamos ir, si por la nacional o por "la trampa. La nacional tenía el inconveniente del tráfico, que siendo viernes sería intenso, y "la trampa"...su nombre lo dice todo. Según los lugareños lo peor era la curva del chocolate (su nombre se debe a que en ella terminas con la lengua en el asfalto) y advirtieron a Dieguito de que el plato pequeño sería necesario...¡qué miedo! Adivinaís por que camino fuimos...? Habéis acertado y fue tal cual nos lo contaron (menos lo del chocolate porque el asfalto no sabía a eso), fue mucho más bonito que ir por la carretera de Guadalix pero muy duro. Lo peor fue el calor que terminó con nuestras provisiones de agua, que tan atentamente nos había preparado el camarero del bar (con hielitos y to). No os penseís que nuestros amigos no lo tuvieron en cuenta, nos dijeron los lugares exactos donde íbamos a ir desesperados a beber agua y a meter la cabeza para refrescarnos, y dónde descansar y tomarnos unas cervecitas. Lo que si no sabían era, si a los componentes de un tandem se les hacía control de alcoholemia, por las jarra que nos encajamos. "La trampa" acababa en la Cabrera y continuamos por Valdemanco y Bustarviejo para descender a Miraflores de la Sierra. Este pueblo es el comienzo del puerto de la Morcuera de más de 1700 m. Visto que ese pueblo no tenía nada interesante, decidimos que, a pesar de llevar 100 Km de etapa, era mejor subir el puerto y llegar a Rascafría. Es largo pero "suave", aunque en algún tramo hubo que poner el plato pequeño (es que Diego ya aprendió en la curva del chocolate como se ponía). Lo mejor el descenso hasta nuestro destino. Tuvimos la mala suerte que al día siguiente habían tres bodas en el lugar y sólo encontramos alojamiento en un precioso hostal rural (con jacuzi y sauna) que nos salió por un pico...pero nos lo merecíamos. Conocimos a una encantadora pareja que regentaba el bar-restaurante "la antigua tahona"...menudas pizzas! Al día siguiente aprovechamos el desayuno que incluía la habitación, porque nos esperaban los puertos de Cotos y de Navacerrada. Pero eso lo contaremos otro día...
Por cierto, nos gustan mucho los comentarios que nos haceís. Queremos más! 
P.D. las fotos mañana que se nos ha olvidado el cable de la cámara.

sábado, 9 de julio de 2011

"tandem del amor II", IV etapa

De Segovia a Guadalajara, de Ayllón a Cogolludo, 86,57 Km, con un total a nuestras espaldas de 407 Km. Pensareís que menuda etapa más corta pero al lugar donde queríamos llegar, Puebla de Beleña no había ningún tipo de alojamiento. No nos importó nada porque pagamos el exceso de la etapa anterior y esta no estuvo exenta de dificultades. Comenzamos subiendo hasta llegar a la muga de Guadalajara, contemplando la sierra de Ayllón y la sierra de Pela. Arriba nos esperaban unos imponentes molinos y si hay molinos hay...viento, qué frío! Bajamos por verdes prados llenos de ganado "peligroso", hasta llegar a un imponente castillo en Galve de Sorbe (qué bonito es Guadalajara!). Debemos decir que dejamos boquiabiertos a un grupo de mocetes que estaban de campamento y levantamos muchas envidias, era peor ir andando. Y después de unas imponentes birras y un merecido almuerzo seguimos subiendo hasta un segundo puerto con el Ocejón de más de 2000m de altitud marcando nuestro recorrido. Es duro pero impresionante ir rodeando a semejante monte, subiendo y bajando, pero poco (ya sabeís...). Lo que desconocíamos era que Cogolludo, nuestra meta, era la puerta de la ruta de la arquitectura negra. En otra ocasión nos daremos un garveo, pero con la furgo que no estaba la cosa para adornos. Menudas pedazo de jarras de cerveza que calleron en el bar de la plaza de Cogolludo. No os podeís imaginar la cuestita que se les ocurrió en su momento poner para llegar hasta ahí, casi desfallecemos (hay que decir que Dieguito tiene un pequeño problemita para poner el plato pequeño...una pena). Debo confesar que nos fuimos a la piscina con un "pedo" después de las jarritas que menos mal que no hacen control de alcoholemia a los tandem. Después de nadar un ratito, cenamos en el mismo bar muy bien y muy bien atendidos, y a dormir que mañana...Muak

viernes, 8 de julio de 2011

Hola enamorados de la aventura sobre dos ruedas y dos manillares y 4 pedales...Esta tercera etapa asusta nada más recordarla. 124 Km de sube y baja, con más sube que baja. Eso de que Castilla es ancha, es cierto, pero alta también. Empezamos con un pequeño percance. Debido al peso  trasero en el tandem (alforjas, herramientas, yo...)rompimos 3 radios de la rueda trasera, que al llevar la piñata y el disco no podíamos arreglar nosotros mismos. Como estábamos en Castilla profunda tuvimos que desviarnos del camino trazado a Burgo de Osma (20 Km de más)rezando porque hubiera una tienda con taller de bicicletas. Contamos con la inestimable ayuda de Sergio al otro lado del teléfono. Por cierto no os fieis de internet, no sale todo lo que existe. En fin, dimos con un mecánico estupendo que en un par de horitas, que aprovechamos para ver el lugar, nos tuvo listo nuestro vehículo.Nos avisó que lo más probable es que rompamos muchos radios durante el viaje y se le ocurrió que para aligerar peso trasero lo mejor era que yo me quedara allá...qué gracioso a ver como iba a subir las cuestas Dieguito solo!Después de mucho cereal sin cosechar, manzanos y viñas llegamos a San Esteban de Gormaz desde donde comenzamos a subir de forma interminable. Para colmo de males no había ningún tipo de alojamiento hasta Ayllón (Segovia);nos quedaban 50 recónditos kilómetros de subidas con alguna bajadita y soledad, mucha soledad. A pesar de todo no perdimos la esperanza y llegamos, suplicando descanso a esa ciudad medieval tan bonita. Mereció la pena.

jueves, 7 de julio de 2011

Nuevos viajeros, de Estella a Mérida

Hola fans de las aventuras en tandem y curiosos que quieren saber cuándo abandonamos.


 Somos Ana y Diego, componentes del "Tandem del amor" II parte (espero que el dicho no se cumpla, "II partes nunca fueron buenas").Parece mentira pero al final llegó el día. Según los planes previstos partimos el lunes 4 de julio del parque de bomberos de Estella-Lizarra. Lo que no estaba prevista era la hora (las dos de la tarde) porque a no sé quien se le ocurrió que, después de 6 meses esperando a firmar la hipoteca de mi futura casa, lo mejor era hacerlo el día que empezaba nuestra gran aventura. Minucias a parte, partimos con "toda la caló" pero llegamos enteritos y muy contentos a nuestro primer destino...


Nájera, la ciudad del mueble y de reyes. Sólo recorrimos 93 Km disfrutando de lugares como Santa Cruz de Campezo, La Población, el León Dormido, La Guardia (nos obligaron a bajarnos del tandem porque estaba prohibido circular con él por sus calles-¡una lástima con lo agusto que íbamos...!, la  super bodega de Marqués de Riscal (Elciego)...


Debemos decir que fueron muy hospitalarios en Nájera y que no tuvimos ningún problema para guardar el tandem. Después de dormir todo lo que el vecino de al lado nos dejó, salimos con garbo y salero hacia nuestra segunda etapa con final previsto en Quintanar de la Sierra (Burgos). Una etapa durilla pero preciosa, con baño incluido en el río Najerilla y otro en las piscinas de Quintanar. En total 99 Km con subida al puerto del collado de Neila en el tramo final (lo mejor la bajada).


 Por cierto, la que escribe soy yo, Ana, por si alguno se piensa que ya he fallecido...sólo me duele un poco el culete. En esta etapa hemos recorrido la cuna de la lengua castellana, Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, para luego acompañar al río Najerilla hasta su nacimiento en el pueblo de Neila, visitando pueblos como Anguiano (donde los zancudos bajan bailando por las calles empinadas) y Villavelayo.


Esperamos seguir informaros puntualmente pero por estos mundos de Dios lo del ordenador... Muxus a tos.


Aqui teneis un enlace al resto de las fotos